El crowdsourcing es un fenómeno que ha despertado mi interés desde el momento en que lo descubrí. Como tantos otros, no es nada nuevo, pero, eso sí, su proyección ha sido magnificada por los avances tecnológicos y, muy especialmente, por internet. Esporádicamente iré compartiendo casos concretos que despierten mi interés, como puede ser Tchibo Ideas.
Tchibo es una cadena de establecimientos con una idiosincrasia particular. He visitado más de uno y no deja de parecerme una mezcla un tanto sorprendente el poder escoger alguna de las variedades de café que seleccionan o curiosear entre la selección de productos disponibles que, por lo general, suelen contar con un precio ajustado y renovación semanal.
La sección «über uns» (sobre nosotros) es toda una declaración de intenciones:
Tchibo ideas ist eine offene Plattform für Menschen, die neue Ideen entwickeln und diese gemeinsam mit anderen Menschen vorantreiben wollen.
Traduciendo libremente, Tchibo Ideas es una plataforma abierta para personas que desarrollan nuevas ideas y desean impulsarlas colectivamente. En pocas palabras, la empresa pone la plataforma, realiza el esfuerzo tecnológico, genera el caldo de cultivo para que todo ese potencial creativo pueda llegar a buen puerto. Y parece que no lo dicen por decir, porque a estas alturas cuentan ya con más de 6.000 miembros registrados (me gustaría saber cuántos hay activos de verdad) y son varios los productos propuestos por usuarios que se están comercializando ya o saldrán a la venta en breve.
A priori parece una forma inteligente de fortalecer la marca comercial, de fidelizar clientes y de potenciar la actividad en I+D+i, ¿o no?