En los últimos tiempos éste es uno de los temas recurrentes en cualquier debate sobre el sector publicitario, sobre todo porque cada vez resulta más evidente que el modelo que ha mantenido la hegemonía hasta hace bien poco está perdiendo vigencia. Lo intrusivo está dejando de funcionar, entre otras razones porque el consumidor ha aprendido a lidiar con la publicidad tradicional y dispone cada vez de más opciones para eludirla cuando no se ajusta a sus intereses y necesidades.
Bien, hasta aquí nada que no sepamos todos. La cuestión es que reinventarse nunca es fácil y, si bien está claro que el modelo «de siempre» ya no sirve, lo que no está tan claro es cuál será el nuevo modelo (o modelos) a seguir. Creo que las series La era de los contenidos y La era de las conversaciones pueden resultar orientativas o, al menos, inspiradoras. No obstante, gracias a Hugh MacLeod creo que podemos dar un pasito más en la dirección correcta.
A estas alturas Hugh MacLeod no necesita presentación (y si alguien necesita información adicional no tiene más que echar un ojo a CrunchBase, por ejemplo). Y estoy seguro de que está dando en el clavo cuando postula a sus Cubes Grenades como el futuro de la publicidad. Pero, ¿cómo describe este caballero sus Cube Grenades?
This, I believe, is where my cartoons work the best– “Cube Grenades”- small objects that you “throw” in there in order to cause some damage– to start a conversation, to spread an idea, etc.
El concepto me parece sencillamente genial. Utilizar contenidos para crear conversaciones, sí. Y algo así es lo que estamos buscando, ¿verdad? El nuevo grial. Bueno, no creo que sea nada nuevo en realidad, pero sí un enfoque que va a imponerse.
¿Aportar algo al consumidor para obtener algo a cambio? Exacto. En el caso de Hugh, humor como herramienta para generar atención. Humor como carga de profundidad, ya que persigue la sonrisa antes que la carcajada. Busca el click en la mente del receptor. Y yo diría que lo logra, además.
Para no extenderme en exceso -que ya está bien-, dejo un ejemplo. Si logras que tus clientes potenciales esbocen una sonrisa mientras piensan en el mensaje que les transmites y que tus clientes tengan ganas de hacerse con una camiseta tuya, probablemente estés en el buen camino.
Bienvenidos a la «publicidad» del futuro.