«Durante una de las mesas redondas que se celebraron en el marco de la Feria de Contenidos Digitales (FICOD) en noviembre de 2010, Ícaro Moyano, director de comunicación de Tuenti.com, contó una anécdota muy ilustrativa que explica por qué la reputación no debe ser sólo cosa de grandes corporaciones. Según relató Moyano, una reconocida marisquería madrileña recibió, en su perfil de 11870.com, una acerada crítica a la frescura y la calidad de su materia prima que, según su opinión, no valía el precio que tenían los platos de la carta. Casi de inmediato, el chef respondió a esta crítica de una forma poco habitual: junto a una invitación a volver al restaurante, envió un video en el que, grabándose a sí mismo, mostraba cómo se levantaba de la cama de madrugada, para ir a comprar el pescado a un mercado local, para luego cocinarlo y servirlo a los comensales. La acogida entre los usuarios de la página fue excelente, llenaron el perfil de este restaurante con numerosos comentarios positivos y felicitaron al chef por su iniciativa tan original».
Este fragmento ha sido extraído de esta entrada de Ana María Márquez titulada «Soy una PYME: ¿yo también tengo reputación?» publicada en el blog El Pulso de la Reputación de Reputation Institute España.
Como se puede comprobar, los detalles son los que marcan la diferencia… tanto en la red como fuera de ella. Disculpad que no añada nada más, pero es que no tengo mucho más que añadir.
Economía Sencilla dice
Pues poco más que añadir, ciertamente :-)
Lo cierto es que en muchas ocasiones un simple detalle -que a priori parecería lógico, pero que pocos hacen- convierte lo normal en extraordinario, y permite dar la vuelta a una situación complicada.
Gracias por compartirlo
Un abrazo
Pablo
Alfaya dice
Muchas gracias por tu visita Pablo, la verdad es que este tipo de cosas siempre dan qué pensar.
¡Un abrazo!