¿Has participado alguna vez en una sesión de brainstorming? Apuesto a que sí. Al fin y al cabo se trata de una de las herramientas más habituales para potenciar la creatividad colectiva y generar ideas innovadoras. Bien, si estás leyendo estas líneas creo que asumo un riesgo bastante moderado si apuesto también a que no te importaría descubrir la manera de sortear buena parte de sus limitaciones, porque nadie que haya participado en sesiones de brainstorming con cierta regularidad puede negar que las tiene.
Gracias al brainswarming, una propuesta del Dr. Tony McCaffrey, parece que el brainstorming ha quedado obsoleto. Sí, sí, has leído correctamente, obsoleto; por tanto, te animo a que continúes leyendo para averiguar el porqué.
1.- ¿Qué diablos es el brainswarming?
En pocas palabras podríamos definir el brainswarming (que se podría traducir por «enjambre de ideas») como un método silencioso de generación de ideas en grupo, en el que los participantes realizan sus aportaciones mediante notas cortas en un gráfico estructurado.
Creo que para poder comparar ambas propuestas es imprescindible recordar los cuatro objetivos que Alex Osborn tenía en mente cuando presentó el brainstorming en su libro How To «Think Up» (1942):
- La gente puede trabajar en equipo. Se pueden combinar y construir ideas sobre las ideas de los otros.
- No se puede criticar las ideas de otros.
- El objetivo es la cantidad de ideas.
- Deben buscarse ideas poco comunes y originales.
Sin embargo, la realidad es que el brainstorming, en la práctica, no asegura una mayor producción de ideas trabajando en grupo que trabajando de forma individual y, además, no garantiza que se generen ideas de calidad de forma constante. Veamos, por tanto, cómo podemos superar muchas de las limitaciones del brainstorming gracias al brainswarming.
2.- ¿Cuáles son las principales ventajas del brainswarming en comparación con el brainstorming?
Las sesiones de brainswarming giran en torno a un gráfico estructurado y transcurren en silencio, de modo que:
- Se trabaja en formato escrito, de modo que las aportaciones deben ser concisas y no es necesario tomar notas adicionales; basta con fotografiar el gráfico resultante para contar con un «acta» de la reunión, fácilmente comprensible e interpretable.
- Se trabaja en paralelo, con la consiguiente mejora de productividad.
- Nadie se ve «eclipsado» por su timidez. Es decir, ni los participantes más extrovertidos asumen todo el protagonismo ni nadie se siente intimidado por la presencia de sus jefes.
- Se evitan las críticas y las interrupciones en los procesos de reflexión, que pueden desarrollarse con tranquilidad (ni siquiera es necesario que los participantes estén presentes físicamente, ni de forma simultánea) aprovechando las aportaciones de todos (convenientemente ubicadas en el gráfico).
- Se trata de un proceso integrador que permite exprimir el talento tanto de aquellos que piensan de arriba a abajo (los que miran la foto completa) como de los que piensan de abajo a arriba (orientados al detalle)… al fin y al cabo el gráfico integra a los dos grupos.
Para aprender más sobre el brainswarming y su potencial te recomiendo que le eches una ojeada a este vídeo de elaborado por Harvard Business Review y que leas esta completa entrevista de Roberto Espinosa a Tony McCaffrey publicada en Sintetia. En ella se aborda todo esto con mayor profundidad y se enlazan documentos de gran interés (tengo que darle las gracias a mi pareja por descubrírmela, cómo se nota que sabe lo que me gusta…).
Espero que a ti también te haya gustado, cualquier comentario sobre la materia será bienvenido.