Parece que no hay marcha atrás en la consolidación del consumo responsable como factor clave para que una empresa sea competitiva. Los consumidores estamos cada vez más concienciados sobre la importancia del desarrollo sostenible y, como es lógico, un buen número de empresas tratan adaptarse a esta nueva situación.
Una de estas empresas es el Grupo Carrefour, que anunciaba en junio su decisión de convertirse en «la primera empresa en España por puntos de distribución de venta que ofrece a sus clientes materiales respetuosos con el medioambiente«. Desde un punto de vista ecológico parece una decisión impecable. Pero… ¿y desde un punto de vista empresarial?
Desde un punto de vista empresarial yo diría que también. Los directivos de esta corporación han sabido aprovechar la oportunidad de convertir un peor servicio para sus clientes en un servicio a la comunidad. Así, no sólo se ahorran el coste de las bolsas de plástico, sino que en tiempos de crisis consiguen rentabilizarlas como si de un producto más se tratase, mejorando su imagen al mismo tiempo. ¿Se puede pedir más?
Tal y como era de esperar, ANAIP ha salido en defensa de los fabricantes de bolsas de plástico ante campañas publicitarias como la de «Bolsa caca». Su propuesta es una nueva bolsa completamente reciclable y susceptible de ser reutilizada hasta en quince ocasiones.
Tengo la impresión de que Carrefour se ha llevado los laureles en esta ocasión. Eso sí, me temo que la gestión de la campaña no ha sido todo lo diligente que la compañía hubiera deseado: han habilitado el portal www.echaleunamanoalmedioambiente.com, pero se les ha «escapado» el control de la url www.bolsacaca.es.
En cualquier caso, una maniobra inteligente.