Publicidad Exterior, Clear Channel y procesos de selección

Ayer realicé la primera entrevista en un proceso de selección a través de Grupo Regio para una campaña de outsourcing de servicios comerciales con Clear Channel. Yo tenía la esperanza de que se tratase de un proceso de consultoría-selección, pero no fue el caso. La externalización de servicios comerciales no es algo que me resulte ajeno, ya que mi primera experiencia profesional después de titularme fue precisamente en este ámbito. De aquella experiencia en el seno del Grupo Transcom, breve pero intensa, saqué varias conclusiones. Una de las principales es que cada uno obtiene aquello por lo que paga, y si se paga por el cierre de ventas eso es lo que se conseguirá. Pero ni hablar de fidelización, atención post-venta y tantas otras cosas. Desde entonces soy bastante escéptico en lo que a externalizaciones puntuales se refiere.

Ayer mismo renuncié a continuar en este proceso de selección, entre otras razones porque las condiciones previstas se alejan bastante de mis expectativas actuales. Sin embargo, Clear Channel parece, al menos sobre el papel, una empresa atractiva a la que incorporarse.

• En 2009 su facturación ascendió a 71.4 Millones de €.
• Nadie es inmune a la crisis, pero el descenso de su facturación en España fue del 14%, lo que representa 14,5 puntos menos que la media del sector publiciario.
• Durante 2009 se reforzó el desarrollo de su servicio de alquiler de bicicletas gracias a experiencias como las de Barcelona y Zaragoza, con un total de 7.000 vehículos en los servicios de Bicing y Bizi.
• Desde marzo de 2009 hasta finales de ese año la acción de la compañía que cotiza en la bolsa de Nueva York se revalorizó un 280%.

No hay duda de que nos encontramos ante uno de los gigantes de la publicidad exterior, en dura pugna con JC Decaux , CEMUSA y CBS Outdoor.

¿Qué amenazas afronta Clear Channel? Personalmente creo que no demasiadas, quizás las principales sean los cambios legislativos (por ejemplo en la Comunidad de Madrid) y el riesgo de ser absorvida por el que probablemente sea su principal competidor, JC Decaux.

No obstante, creo que la publicidad exterior tiene un futuro prometedor. Tendrá que adaptarse a los avances tecnológicos y sociales, como cualquier otra actividad, pero este tipo de acciones siguen contando con la gran baza de ser ineludibles para el consumidor (cómo me fascina el «marketing de guerrilla», por cierto). Salimos a la calle y vemos el mundo que nos rodea, nos guste más o menos. Además, los nuevos soportes digitales, con paneles LED y demás parafernalia, presentan ventajas importantes para el anunciante; sobre todo flexibilidad e inmediatez, sin olvidar la reducción de costes. Es fácil pensar en ejempos de arte final que puede variar día tras día, como los anuncios de eventos musicales o deportivos.

Me pregunto qué posibilidades abrirán los sensores de movimiento y la realidad aumentada para estos soportes, ya sea en gran formato o en transporte público, en muppies o en lonas. Tiempo al tiempo.